Concepto General: Primavera Verano 2025·26
El calzado para la próxima temporada estival será resultado de un armónico equilibrio entre moda, confort y funcionalidad. A partir de estos preceptos, atendiendo a razones climáticas, se impondrá el modelaje abierto representado por chanclas, ojotas, stringback, mules, zuecos y sandalias, confirmando las preferencias por modelos bajos y cómodos. En este segmento, también se destaca la proliferación de ballerinas, Mary Jane, mocasines y deportivas urbanas, que confirman esta tendencia. Particularmente en este caso, los diseños son sobrios y minimalistas, con esporádicos toques de elegancia, que incluyen accesorios metálicos y pedrería. Estos dos últimos ítems revalorizan estructuras clásicas de sandalias, ojotas y chanclas, dándoles un mayor contenido de moda. El periodo de verano da lugar a una extensa gama de calzados inyectados, generalmente monopiezas, muy livianos, flexibles y anatómicos, con autoría de marcas.
Para líneas altas femeninas los tacones estilizados ganan espacios sobre las plataformas, y las líneas deportivas decididamente se orientan hacia los diseños retro y vintage.
Tramas abiertas, frescos, naturales y artesanales, serán las características más solicitadas en materiales, telas y tejidos para calzado de verano. Entre ellos, entretejidos, trenzados, mallas, redes, rejillas, tules, crochets, mesh y doble frontura, confirman el look artesanal. Párrafo aparte para las rafias que alcanzan una masiva presencia en múltiples versiones entretejidas, mono y multicolores. Lonas y lonetas, denim, gabardinas, microfibras, linos y algodones, completan la oferta de textiles que vestirán originales modelos de verano. En general, en colores lisos y diversos estampados, como rayados, florales y fantasías, con contrastes y tonos engamados.
Por parte de los cueros, hay una marcada preferencia por los acabados gamuzados, mayormente en colores pasteles. Les siguen terminaciones gofradas, símil entretejidos, geométricas y decorativas, o directamente picados y perforados. Simultáneamente, se destacan acabados metalizados -plata y cobre-, en diferentes alternativas, lisas espejo y envejecidos.
Finalmente, materiales reforzados -ripstop- y elastizados -elastanos- se utilizarán para líneas deportivas y casual, por su mayor resistencia y confort.
Se confirma el predominio de las suelas delgadas, planas o con mínimo tacón, para una vasta línea de chanclas, ojotas y sandalias livianas. Aquí se valoriza más el producto en su conjunto, que el fondo. Con mayor espesor, aparecen las suelas flats y kits “scatolados” con plantilla anatómica. El concepto Birkenstock -anatómico y ergonómico- se sucede a lo largo de todo este modelaje. Numerosos fondos se ofrecen para forrar, mientras otros son revestidos con tiras de yute, esterillados y entretejidos. La oferta se completa con suelas inyectadas flats o en cuña, con suaves molduras y texturas laterales, y eventuales aplicaciones de viras. Los perfiles son planos o con tacón sugerido. Los suelines inferiores pueden ser track o dentados.
Las suelas con bandas de distintas alturas y texturas continúan siendo un clásico para modelos casual y deportivos urbanos, aunque la novedad son las nuevas suelas delgadas o con leves cuñas para las deportivas retro-vintage.
Aún perduran los fondos chunky, y en calzado alto femenino se innova en formas y estilización de tacones.
La propuesta cromática para la venidera temporada juega con dos conceptos contrapuestos, que a la postre establecen un delicado equilibrio entre vitalidad y luminosidad, con calma y elegancia. En la primera opción, aparecen tonos saturados sobrios de naranja, amarillo, rojo, verde y azul; en tanto la segunda es liderada por los pasteles, suaves, florales y románticos.
Naranja quemada y caqui, calabaza, zanahoria y mandarina, se unen al amarillo cadmio, rojo carmín, verde jade y azul Klein, como representantes de los más intensos, mientras que entre los calmos y frugales figuran el durazno, rosa palo, lavanda, verde menta y celeste bebé.
Existe una línea intermedia de grises y beiges, cálidos y cremosos, muy funcionales a diversos productos de mayor vigencia. Entre los clásicos, el negro azabache y grafito, junto con el blanco óptico, de máxima pureza, se ofrecen como protagonistas o para complementar otras tonalidades.
Al tener un alto valor expresivo y emocional, el color necesita de la creatividad para lograr nuevas combinaciones que sensibilicen a los usuarios y den identidad a los productos.
